Microplásticos: pequeños fragmentos con enormes consecuencias
Microplásticos: pequeños fragmentos con enormes consecuencias
Una estrella en la noche oscura
Hoy primero de julio, el departamento de La Guajira cumple 60 años de existencia político-administrativa, contados a partir de la puesta en vigencia del acto legislativo No.1 del 28 de diciembre de 1964, dando el salto de intendencia nacional a calidad de departamento de la República, desligándose del colosal e histórico Magdalena Grande.
Una hermosa línea de tiempo colmada de hitos en el desarrollo económico, social y político, que han marcado huellas icónicas e indelebles en la memoria de su gente e instituciones.
Entre ellas, épocas difíciles como la noche oscura, que rompió el statu quo del umbral de paz en los social e incrementó la brecha de crecimiento y desarrollo territorial: la Bonanza marimbera, en los años 1.974 a 1985. Pero coincidentemente, en ese mismo periodo, surge otro punto de inflexión: la creación de la Universidad de La Guajira en 1976, mediante ordenanzas 011 y 012 emitidas por la Asamblea departamental. Pareciere una intervención divina y una luz en la oscuridad.
Desde ese momento, la universidad inició un periplo por no sucumbir en el intento y abrirse paso entre el caos y la desesperanza, batallando por la aceptación social, la credibilidad y la pertinencia de su fórmula misional: docencia, investigación y extensión; como elemento indispensable para la transformación y el desarrollo sostenible del territorio. Actitud tesonera y quijotesca, asumida desde su primer rector Alvaro Romero Effer, hasta nuestros días, con el ingeniero Carlos Arturo Robles Julio, creyendo firmemente, en la inmortalidad institucional y su capacidad transformadora hacia futuros deseados, de una Guajira mejor.
El advenimiento de la explotación de la mina de carbón a cielo abierto, segunda más grande de América, en el año 1982; marcó otro punto de referencia en nuestro territorio y develó la brecha formativa, en cantidad, calidad y pertinencia de nuestro talento humano para hacer frente al reto; mostrándonos lo alejado que estábamos en materia de competencia formativa y profesional, para pensar en una guajira productiva, emprendedora y competitiva. Cabe recordar para la época, frases como “Estamos sentados sobre una roca de oro y no nos hemos dado cuenta”, expresada por el economista Amilkar Acosta Medina, refiriéndose a las riquezas naturales y potencialidades del departamento.
Sin duda, esta realidad sirvió para poner los ojos en la formación técnica y profesional, como estrategia de cambio y desarrollo institucional. Se mejoró la credibilidad de la universidad en el entorno y la participación de sus miembros en organismos departamentales de coordinación, planificación y decisión; convirtiéndose, en nodo de articulación de la triada Universidad-Gobierno-Sociedad y asumiendo los desafíos de desarrollo departamental, como estrategias de ciencia, tecnología, innovación y formación pertinente, con los mismos.
Así las cosas, los últimos 25 años, han servido para consolidar una alianza estratégica de fortalecimiento de las dos instituciones: departamento y universidad; hacia un imaginario colectivo consciente en las demandas del presente y del futuro, con sus complejidades y transiciones, en la búsqueda de un departamento insertado desde sus potencialidades geoestratégicas, energéticas limpias, de dos océanos, diversidad cultural y étnica, en la construcción, entre todos de una Guajira sostenible, emprendedora e igualitaria, de la mano de una universidad de calidad, inclusiva e innovadora.
Una feliz efeméride para nuestro querido departamento de La Guajira y su gente. ¡Viva La Guajira!
PromMarketing S.A.S
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