“El desarrollo es posible, pero debe respetar nuestra visión ancestral”, expresó líder wayuu sobre proyectos energéticos en La Guajira
En el departamento de La Guajira, reconocido como un territorio clave para la transición energética en Colombia, se han desarrollado múltiples iniciativas centradas en el aprovechamiento del potencial eólico y solar del territorio. Según cifras oficiales, para junio del 2024, cerca de 16 proyectos se encontraban en fase de maduración en zonas ancestralmente habitadas por comunidades indígenas y aunque se reconoce que estos procesos promueven un modelo de desarrollo sostenible, también se han generado tensiones sociales y jurídicas relacionadas con el respeto a la autonomía propia y a la consulta previa.
En este contexto, la Universidad de La Guajira lideró la investigación Proyectos de energía limpia como posibles detonantes de conflictos entre los miembros de la etnia wayuu, adelantado por el semillero Luis Antonio Robles, adscrito al grupo Palabra y Sociedad del programa de Derecho.
Al frente del estudio, estuvo la docente y magíster Andrea Zárate Covo y el estudiante José Miguel Núñez Cotes, quien realizó el trabajo de campo, análisis documental y entrevistas a autoridades tradicionales en las comunidades de Pondores en Manaure y Komonaa en Uribia.
De acuerdo a lo indicado por la profesora Zárate Covo, esta investigación nace ante la necesidad de examinar los efectos que la expansión energética provoca en las dinámicas sociales, culturales y jurídicas del pueblo wayuu. El análisis tuvo una duración aproximada de un año a través del cual, se logró identificar una pérdida progresiva de usos y costumbres tradicionales, en especial del sistema normativo propio, representado por la figura del palabrero o pütchipü.
Docente Andrea Zárate Covo y el estudiante Luis Núñez Cotes, dialogando con autoridades tradicionales.
Entre los principales hallazgos se destacan el debilitamiento de la jurisprudencia ante la ausencia de una consulta previa por parte del Estado y las empresas promotoras. Además, el incremento de conflictos sociales y desplazamientos internos en comunidades donde se ha perdido el respeto hacia las decisiones comunitarias basadas en la tradición.
Sara María Ipuana Epieyu, líder de la comunidad Komanaa en Uribia, expresó que “la llegada de los proyectos energéticos ha impactado la estructura jurídica ancestral y la forma en que los jóvenes ven el mundo. Si bien, representan una oportunidad de desarrollo, deben implementarse con respeto por nuestros valores y mediante una consulta previa adecuada”.
Otro asunto que se derivó del estudio es la implementación de estrategias de inclusión cultural en Pondores y Komonaa, lo que permitió la integración de figuras ancestrales como los palabreros, parteras y outsu (mujeres chamanes), en sus procesos de participación comunitaria.
Comunidad de Pondores en Manaure
Conviene precisar que, el proyecto se cumplió desde un enfoque cualitativo, sustentado en el análisis jurídico de fuentes documentales y empíricas. Además de la aplicación de entrevistas semiestructuradas a líderes, sabedores y conocedores del sistema de justicia, lo que arrojó que en el pasado los indígenas planificaban su relación social y jurídica basándose en valores ancestrales que promovían la convivencia pacífica y fortalecían su subsistencia.
Para el estudiante José Miguel Núñez Cotes, la experiencia fue profundamente formativa. “Mi objetivo fue analizar cómo estas iniciativas podían ser detonantes de conflictos en las comunidades, no solo desde el derecho positivo, sino también desde el propio. Fue un ejercicio enriquecedor que combinó la indagación documental con el trabajo de campo, permitiéndome comprender ambas perspectivas jurídicas”, afirmó.
Por su parte, la Universidad de La Guajira resalta estas acciones como una importante contribución al análisis de la transición energética en el territorio. “Este trabajo demuestra el compromiso institucional con el estudio riguroso de las problemáticas regionales, la defensa de la jurisprudencia indígena y la promoción de un crecimiento sostenible con enfoque intercultural”, añadió Zárate.